la Confesión de Fe de Westminster
Lea, escuche y obedezca la Palabra de Dios.
Lea, escuche y obedezca la Palabra de Dios.
*Nosotros creemos que la Confesión de Fe de Westminster representa correctamente las verdades de la Biblia, y por eso la usamos para ayudarnos en nuestro entendimiento de estas doctrinas bíblicas. Sin embargo, es la obra del hombre y no inspirada por Dios, y por eso, hemos añadido algunas declaraciones adicionales que reflejan lo que creemos. También en algunos capítulos que hablan del gobierno, usamos las revisiones que se hicieron en los Estados Unidos en 1788.
21.1– La luz de la naturaleza muestra que hay un Dios que tiene señorío y soberanía sobre todo; es bueno y hace bien a todos; y que, por tanto, debe ser temido, amado, alabado, invocado, creído y servido con toda el alma, con todo el corazón y con todas las fuerzas.1 Pero el modo aceptable de adorar al verdadero Dios es instituido por Él mismo, y está tan limitado por su propia voluntad revelada, que no se debe adorar a Dios conforme a las imaginaciones e invenciones de los hombres o las sugerencias de Satanás, bajo ninguna representación visible o en ningún otro modo no prescrito en las Santas Escrituras.2
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21.2– La adoración religiosa ha de darse a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, y a Él solamente;3 no a los ángeles, ni a los santos, ni a ninguna otra criatura;4 y desde la caída, no sin algún mediador, ni por la mediación de algún otro, sino solamente de Cristo.5
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21.3– Siendo la oración, con acción de gracias, una parte especial de la adoración religiosa,6 Dios la exige de todos los hombres;7 y para que pueda ser aceptada debe hacerse en el nombre del Hijo,8 con la ayuda del Espíritu,9 conforme a su voluntad,10 con entendimiento, reverencia, humildad, fervor, fe, amor y perseverancia;11 y si se hace oralmente, en una lengua conocida.12
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21.4– La oración ha de hacerse por cosas lícitas,13 y a favor de toda clase de personas vivas, o que vivirán más adelante;14 pero no a favor de los muertos15 ni de aquellos de quienes se pueda saber que hayan cometido el pecado de muerte.16
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21.5– La lectura de las Escrituras con temor reverencial,17 la sólida predicación,18 y el escuchar conscientemente la Palabra, en obediencia a Dios, con entendimiento, fe y reverencia;19 el cantar salmos con gracia en el corazón,20 y también la debida administración y la recepción digna de los sacramentos instituidos por Cristo, son partes de la adoración religiosa regular a Dios;21 y además, los juramentos religiosos,22 los votos,23 los ayunos solemnes,24 y las acciones de gracias en ocasiones especiales,25 han de usarse, en sus tiempos respectivos, de una manera santa y religiosa.26
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21.6– Ahora, en el evangelio, ni la oración ni ninguna otra parte de la adoración religiosa están limitadas a un lugar, ni son más aceptables por el lugar en que se realizan, o hacia el cual se dirigen;27 sino que Dios ha de ser adorado en todas partes28 en espíritu y en verdad;29 tanto en lo privado en las familias30 diariamente,31 y en secreto cada uno por sí mismo;32 así como de una manera más solemne en las reuniones públicas, las cuales no han de descuidarse ni abandonarse voluntariamente o por negligencia, cuando Dios por su Palabra y providencia nos llama a ellas.33
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21.7– Así como es ley de la naturaleza que, en general, una proporción debida de tiempo se dedique a la adoración de Dios, así también en su Palabra, por un mandamiento positivo, moral y perpetuo que obliga a todos los hombres en todos los tiempos, Dios ha señalado particularmente un día de cada siete, para que sea guardado como un reposo santo para Él;34 y desde el principio del mundo hasta la resurrección de Cristo, este día fue el último de la semana; y desde la resurrección de Cristo fue cambiado al primer día de la semana,35 que en las Escrituras recibe el nombre de “día del Señor”36 y debe ser perpetuado hasta el fin del mundo como el día del reposo cristiano.37
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21.8– Este día de reposo se guarda santo para el Señor cuando los hombres, después de la debida preparación de su corazón y arreglados con anticipación todos sus asuntos ordinarios, no solamente guardan un santo descanso durante todo el día, de sus propias labores, palabras y pensamientos, acerca de sus empleos y diversiones mundanas,38 sino que también dedican todo el tiempo al ejercicio de la adoración pública y privada, y en los deberes de caridad y de misericordia.39
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*Nosotros creemos que la Confesión de Fe de Westminster representa correctamente las verdades de la Biblia, y por eso la usamos para ayudarnos en nuestro entendimiento de estas doctrinas bíblicas. Sin embargo, es la obra del hombre y no inspirada por Dios, y por eso, hemos añadido algunas declaraciones adicionales que reflejan lo que creemos. También en algunos capítulos que hablan del gobierno, usamos las revisiones que se hicieron en los Estados Unidos en 1788.